Hola de nuevo. Hoy os traigo mis impresiones después de mi paso fugaz por la feria del libro de Madrid, que pude visitar gracias a la Editorial Maluma. Fue el sábado y, como podéis ver en las fotografías, el día acompañó. Pese al calor, la afluencia de público fue masiva, provocando colas de hasta 2 horas para poder entrar.
Llegué a eso del mediodía, y en la caseta de nuestra editorial, la 306, firmaba la actriz Eva Isanta, autora del prólogo del libro «Macabras» y de un relato de su continuación «Más Macabras», en los que se reúnen varios cuentos de terror de diversas autoras. Después de dar una vuelta bajo un sol de justicia, y conocer por fin a mis editoras Marga y Lupe, me fui a comer con mi amigo Pablo, autor también de un libro titulado «La Hija Prohibida». Para aquellos que os gusta la novela histórica, no os la podéis perder, ya que transcurre en la época de la batalla de Roncesvalles y el nacimiento del reino de Pamplona.
A las 17:00 horas abría de nuevo la feria. Y a esa hora comenzaba mi turno de firma. Definir como emocionante ese momento que transcurrió casi como un suspiro sería quedarme corto, pero así fue. Disfruté de cada minuto como si fuera un sueño, y lo único que lamento es la gente que se quedó sin que le pudiera firmar el libro porque no pudo entrar al recinto. Con esto no quiero decir que tuviera un éxito arrollador, muy al contrario, apenas pude usar mi estilográfica, pero creo que el éxito es haber llegado hasta allí. Cuando paseas por las cientos de casetas, y te das cuenta de que alrededor tuyo se encuentran Julia Navarro, Fernando Aramburu o John Boyne (autor de la conmovedora «El niño del pijama a rayas») entre otros muchos, piensas con cierto optimismo que te encuentras un pasito más cerca de ellos. Pero cuando ves la larga fila de fans que esperan pacientemente una dedicatoria bajo un calor asfixiante, sabes que todavía queda un largo camino por delante.
Como ya he dicho, las 18:00 horas llegaron en un vuelo, y se acabó. Le tocaba el turno a Pablo, quien, a decir verdad, tuvo más trabajo que yo. Cuando terminó, nos fuimos a celebrarlo a Malasaña hasta que nos cerraron los bares (todavía había restricciones, no penséis mal).
Al día siguiente tocaba volver con las pilas cargadas, y ganas de seguir escribiendo para repetir la experiencia. Por el camino paramos en Medinacelli, donde visitamos su arco romano, y la fortaleza medieval. El mismísimo Rodrigo Díaz de Vivar cruzó sus puertas y pisó sus almenas, hace ya unos añitos de ello. Quién sabe si en un futuro dará pie a una nueva novela de cualquiera de nosotros dos.
De momento me contento con seguir con la saga que me ha traído hasta aquí. Hoy me acaban de comunicar que ya está corregido el segundo libro de la trilogía, así que ya falta menos para continuar el viaje.
Un saludo a tod@s